Quiero escribir una historia. Mi historia. Pero no puedo contar el final, es una historia abierta. Una de tantas historias, historias cruzadas, de amor, de odio, de rencor, de horror, de esas que terminan al cerrar el libro o cambiar de canal. Pero ¿que pasa con aquellas que no se cierran? Como una herida mal cicatrizada,como un eterno hematoma del alma, un tatuaje en nuestra piel imposible del borrar.Cuando un personaje huye de esta vida para escribir sus memorias en algún otro lugar, ¿Quien termina estas historias?
¿Quien dirá el último te amo?
¿Quien dirá el primero?
¿Quien terminará las discusiones?
¿Quien aclarará los malentendidos?
¿Quien confesará sus crimenes y verdades?
¿Quien dará el primer y el último beso?
¿Quien contará esos secretos?
¿Quien declarará los amores ocultos?
¿Quien pedirá los perdones?
¿Quien cumplirá los sueños?
¿Quien hará esos viajes?
¿Quien hará esa llamada?
¿Quien dirá los adioses?
No nos queda mucho tiempo para ser esos quienes, no nos queda sino tiempo. Tanto y tan poco. No hay, hay tanto. No lo sé. Y el principio, el fin y al ahora se funden en un eterno y único papel que se reduce a este segundo, este parpadeo, este respiro, este movimiento. Quizas, solo tal vez, en el lugar de este encuentro, debemos empezar a escribir en esta hsitoria abierta nuestro final, entre lineas, para engañar al tiempo y no dejar nunca de escribir
Gritando llorando
Confesando Perdonando
declarando
Cumpliendo
Amores promesas
engaños dolores
crimenes besos
Hasta el fin..y para siem
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