23 dic 2012

DE MELANCOLÍA Y OTROS PLACERES

Se cierra el telón de un show que lo dejó insatisfecho. Como en un recital, espera un momento mas para ver si el espectáculo retoma para dejarle algo mas, un resabio, una resaca de esperanza desteñida, un margen adornado con sorpresas. Mira por la ventana y anhela esa nieve que sólo cae en las peliculas, busca una chimenea que en su casa nunca existió. Una agria sensación a desencuentro se apodera de él como una garra, lo maniata y lo rasguña en lo profundo de sus lacónicas cavilaciones. Ensaya un soliloquio pero las palabras se le enredan con la lengua y tropieza en otro vaso de cognac. El vacío existencial de la meta alcanzada entremezclado con el terror del ocio improductivo. Despues del éxtasis no queda nada mas que la ambición de otra meta. Cierra su puño como intentando retener algo que se le escapó en 358 días y que duda recuperar en los 7 restantes. Piensa que quizas la vida se le haya escapado, se le haya deslizado sutilmente de las manos mientras intentaba estrangularla con pasión y sangre. El sonido de un petardo lejano lo sobresalta pero no lo devuelve a la realidad. Los chicos ya festejan la navidad. Lázaro piensa y no decide si la mueca que se dibujará, como un bostezo efímero, sobre su rostro, será de alegría o de disconformidad. La ambición es el motor de la existencia, quizás. Voluntad de poder, conservación y conquista. Niestzche. Nietzche. Nishe. El cognac le anestesia las neuronas y no lo deja continuar. Un año mas o un año menos, dependiendo de la naturaleza del observador. Un cumpleaños como todos los anteriores, un nostálgico balance disfrazado de literatura en un blog abandonado. Se irgue repentinamente y mira hacia adelante, como buscando un punto de referencia. Lo encuentra y lo señala mentalmente, lo apunta y lo retiene. Un objetivo mas, una meta, un destino, combustible motivacional. Lázaro ríe y sus labios se curvan hacia arriba formando dos cuernos carnosos. El cognac le sabe dulce y prometedor. Levanta su vaso al monitor apagado de una vieja computadora y exclama con deliciosa esperanza ''Feliz año nuevo''.

1 comentario:

Anónimo dijo...

me encantó

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